Qué difícil puede ser despertarse cuando tus expectativas no se acercan a la realidad que estás viviendo. Qué fácil es despertarse cuando tienes lo que quieres. Empecé a escribir lo que sentía a la par que el acné aparecía por mi cara, intentando disimularlo acelerando mis pasos por los pasillos de mi instituto.

Durante esa época solia escribir a todos y a todo y me dejaba sorprender bastante. Escribia cuando me sentia feliz, cuando me frustraba y cuando me volvía a sentir bien de nuevo. Y sin darme cuenta, con el tiempo descubrí el valor terapéutico de soltar palabras, lágrimas y risas en hojas en blanco. Así empezó todo. Después llego la Universidad, mi residencia en Polonia, mi apasionada vida laboral y algún que otro máster.