La primera habilidad de un buen policía mediador es la de “buscador“, “buscador” de habilidades sociales y conociemientos en mediacion para ser un buen policía, en este caso policía mediador.Una vez conseguidos esos objetivos, con actitud hacia la acción, respeto, determinación, sentido del humor y trabajo inteligente, poco a poco se sentirá preparado para mediar.
Una de las armas mas importantes son: la comunicación y el diálogo y en estas armas me voy a centrar. Respecto a la comunicación me gustaría señalar tres axiomas importantes, el primero de ellos afirma que el responsable de la comunicación siempre es el emisor y de él depende el éxito del proceso comunicativo. Si pensamos asi, nos esforzaremos en mejorar nuestra oratoria para conseguir nuestros objetivos, nos esforzaremos en transmitir nuestro mensaje de la mejor manera posible para que nuestro interlocutor en cualquier proceso de mediación nos comprenda y en definitiva para que ponga en práctica lo hablado.
El proceso de comunicación es exitoso no cuando el receptor oye el mensaje, ni cuando lo escucha, ni cuando lo comprende, ni cuando lo acepta, ni cuando lo retiene, si no cuando lo pone en práctica y nuestra función como buenos comunicadores en procesos de mediación radica en que se pongan en práctica los acuerdos llegados por medio del dialogo.
Otro axioma de la comunicación en el cual creo firmemente es que lo verdadero no es lo que dice el emisor si no lo que entiende el receptor, si tenemos esto presente nos esforzaremos en comprobar si el receptor ha entendido nuestro mensaje, por lo tanto utilicemos un lenguaje sencillo y práctico, y dejemos a un lado tecnicismos adaptando nuestro vocabulario al contexto.
Y por último tenemos que ser conscientes de que todo mensaje implica un nivel de contenido y un nivel emocional. Cuidemos las formas para ser lo mas neutros posibles y esforcémonos para conectar con potencia con ambas partes implicadas en la mediacion dejando a un lado nuestros intereses y prejuicios.
Para finalizar con esta primera habilidad clave, una de las competencias mas importantes en un proceso de comunicación es la capacidad para realizar preguntas potentes y abiertas para que las partes lleguen, si es posible, por si solos a la conclusión y a la toma de decisiones óptima y que el proceso de mediación se resuelva desde el convencimiento de los implicados y no desde la presión ni desde sensación de que alguien esta perdiendo. Cómo decía Socrates: “Yo no puedo enseñarles nada, solo puedo ayudarles a buscar el conocimiento dentro de ustedes mismos, lo cual es mejor que traspasarles mi propia sabiduria”. Ayudemos pues a las partes a que sean participes concientes y activas de la resolución de su conflicto.
Respecto al diálogo, segunda arma de la paz en la que me voy a centrar, tan importante en la mediación, su verdadero objetivo Según David Bhom, uno de los pensadores y físicos mas eminentes de nuestro tiempo, es “ el de penetrar en el proceso del pensamiento”. Tenemos que tener presente esta definición para fijarnos un poco más en las bambalinas o trasfondo del diálogo. David Bhom define el diálogo como “un proceso que explora la experiencia humana desde nuestros valores mas queridos hasta la naturaleza e intensidad de nuestras emociones, desde las pautas de nuestros procesos de pensamiento hasta las funciones que desempeña la memoria, la importancia de los mitos culturales que hemos heredado, la forma en que nuestras estructuras neurofisiológicas organizan nuestra experiencia y tal vez lo mas importante, el diálogo explora la forma en que nuestro pensamiento es generado y sostenido colectivamente”. Si somos concientes de esta definición seremos capaces de escuchar con capacidad de comprender y no de contra argumentar, para posteriormente elaborar nuestro mensaje con la finalidad de comunicarnos con la partes con respeto y determinación.
Mediante el dialogo conoceremos las creencias limitantes que van a presentar nuestros interlocutores. En este capitulo se hace referencia tambien a las creencias y valores, siendo uno de los retos de la policía “aprender habilidades y capacidades que modifiquen prácticas, creencias y valores que perjudican a la hora de colaborar activamente en la gestión de las disputas ajenas, aprendiendo en ocasiones a tambien a desaprender”.
Cambiar una creencia limitante no es tarea fácil. Según Robert Dilts “Cuando tenemos una creencia instalada, actuamos como si fuera verdad y eso nos da mucha fuerza para sacar los recursos necesarios para llevarla a cabo. Las creencias son generalizaciones mentales a las cuales les damos el poder de convertir en realidad lo que no se ve”. Ser consciente del trabajo que supone desaprender una creencia que se ha instalado por medio del aprendizaje o por alguna vivencia, ya que las creencias no están basadas en la realidad, nos hará tener más humildad y paciencia a la hora de liderar un proceso de mediación y sobre todo, profesionalidad para diseñar preguntas que cuestionen sutil y potentemente, nada invasivas, las creencias que sustentan el pensamiento de las personas que acuden al proceso de mediación, para intentar minimizarlas y aproximar posturas.
Y para concluir mi reflexión, decir que todas la habilidades son necesarias para potenciar lo que llamamos “inteligencia emocional”, la cual nos permite tener un mejor conocimiento de nosotros mismos, un mejor dominio personal-emocional, aumentar nuestra capacidad de ser realistas, conocer mejor a los demás y sobre todo gestionar con mayor garantía de éxito las relaciones. Nuestra inteligencia emocional es nuestro valor diferencial y hará, como señala la inspectora de la policía local Rosana Gallardo, experta en mediación que “la Policía de un paso más en su práctica diaria, distanciándose de la idea de ser únicamente aplicadores de la ley.”